¿Por qué?.. Constructores de Dios

Bien, esta resulta ser una pregunta muy frecuente de aquellos, quienes se detienen a leer el título del trabajo.

Este encabezado, se divide en dos partes: la primera, “Constructores”, se encuentra directamente asociada con la traducción al español de la palabra francesa, Maçòn (albañil); la segunda, “de Dios”, es inspirada de la Historia propia de la Masonería, específicamente, del lugar que ocupó en la sociedad durante la Edad Feudal.

En aquella época, los masones eran los encargados de edificar castillos, catedrales, o cualquier construcción que requiriese el uso de la piedra, de ahí su transcendencia, ya que, eran los únicos capaces de trabajarla. Entre ellos se diferenciaban dos grandes grupos, los “picapedreros”, quienes preparaban el suelo en donde luego, se erigiría el edificio; y los “francmasones”, quienes esculpían la fachada de los templos y tallaban las esculturas católicas. 

Catedral de Azul.

Los Obispos, Reyes Católicos y Nobles, eran los únicos con facultades exclusivas para contratar masones y obligarlos a obrar en cortesía de “Dios”. Los sueldos que les concedían, muchas veces, resultaban ser muy precarios. Cuando el masón se negaba a trabajar o decidía abandonar la obra, era encerrado en un calabazo hasta que “recapacite”, o bien, se le concedía la Pena de Muerte. En medio de esta situación, surgirían los sindicatos, donde los masones se reunían a confiarse sus secretos de albañilería y fijar precios comunes por su trabajo. Claro, estas reuniones secretas disgustaban mucho a la Iglesia, aunque nada podía hacer, ya que los masones eran los únicos prodigios capaces de construir Catedrales, Templos y Abadías. 

No transcurriría mucho tiempo hasta que esas asambleas secretas, empiecen a tener un fin filosófico, en donde acompañado de las ideas Iluministas y de las revelaciones Protestantes, se debatía la posibilidad de que la Iglesia Católica no sea única dueña de la Verdad. En determinado momento, los masones empezaron a realizar preguntas como: “¿Quién otorga el Derecho Divino a las entidades católicas, de gobernar de forma Absoluta?”, “¿Por qué, no otorgar devoción al Catolicismo Romano, es igual a comportarse como Hereje?”, “Si la gente se arrodilla dentro de Catedrales y frente a Esculturas Divinas, ¿no debería hacerlo ante los propios masones que las construyeron?”. Así es que nacerá, en 1717, la Masonería Especulativa, en la cual, los masones ya no buscan fines lucrativos, sino Filantrópicos y Progresistas.

Concluyendo, “Constructores de Dios”, remarca a los masones, como aquel único y aclamado sector de la sociedad, capaz de labrar la piedra y edificar magníficas obras.

(Artículo creado por: Leonardo Sorasio).